Wimbledon y su pista de fina hierba verde, es uno de los clásicos del tenis mundial, estas semanas cientos de tenistas vestidos de impoluto blanco se disputaban este título de Grand Slam en tierras londinenses, ante la expectación típica del evento, siendo uno de los más importantes de la capital británica.

El partido fue el mejor de la temporada y uno de los mejores de la década, con igualdad máxima, Djokovic atacaba con valentía y era respondido por Federer con su habitual clase. Los primeros juegos pasaron rápido, pero la grada y los millones de espectadores podían disfrutar de cada talentoso golpe, llegaron al tie break y Federer terminó llevándose el primer set. En el segundo, Djokovic desplegó todo su juego, rompiendo el saque del suizo y Novak puso el empate en el marcador. En el tercero se reeditó el primer set llegando al tie break, pero con distinto final, Djokovic se adelantaba y quedaba a un set del título.
Con Federer enterrado con un 2-5 en contra en el cuarto set, el tenista nos demostró que nunca se le debe dar por muerto, y menos en su pista predilecta, tiró de casta, magia y clase y remontó para llevarse el set 7-5.

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