Un nuboso día al otro lado del charco, en concreto en Estados Unidos, circuito de Indianápolis, domingo de carreras, desde primera hora los motores comienzan a rugir, el semáforo se apaga y empieza la primera de la jornada, la de Moto3, todos contra el líder Miller en una carrera típica de la cilindrada pequeña, muchas, muchísimas motos juntas, innumerables adelantamientos y un final de infarto donde este deporte hizo justicia a un hombre, Efrén Vázquez, que por fin consiguió su primera victoria en el Mundial, con esta eran 499 los triunfos con acento español en el Campeonato del Mundo, y aun quedaban dos más para poder llegar a las 500.

Llegaba el turno a la más alta cilindrada, las bestias MotoGP, siguen siendo las más rápidas, pero son las menos emocionantes, y solo hay un único culpable, de nombre Marc, de apellido Márquez, y es que ya no hay adjetivos que puedan calificarlo. Salió mal, cierto, y las Yamahas estaban muy fuertes, pero no hay quien pueda con él, se puso primero aunque Rossi y Lorenzo estaban respirándole en la nuca hasta que el de Cervera decidió que ya había dado mucho espectáculo y se puso a tirar, a tirar muy fuerte pero dando la sensación que si quisiese, correría mucho más. El 93 se iba de las Yamaha, que veían como la Honda naranja, roja y negra se alejaba sin poder hacer nada para evitarlo. 10 victorias de 10 posibles, igualado el récord de Agostini. Además, el motociclismo español llegó a las 500 victorias, cosa de la cual Márquez es protagonista, y más lo será de las que falten por venir.

Un año tan histórico como algunos dirán que aburridos y es que nadie sabe cual es el techo de Marc Márquez con solo 21 años. Márquez parece que juega con una Play Station en vez de con una moto de verdad, igual habría que pedirle que ponga un nivel más difícil en la videoconsola.
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