lunes, 15 de septiembre de 2014

EL PISTOLERO VUELVE A DISPARAR, ¿CUÁNTAS BALAS LE QUEDARÁN?

Los grandes campeones lo siguen siendo pase lo que pase, y Contador es uno de ellos. Tras dos temporadas donde su preparación estuvo marcada por el famoso caso del clembuterol, este año iba a ser su año, el madrileño soñaba con ganar otro Tour, pero una desafortunada caída le dejó KO, es más, su presencia en La Vuelta era más bien imposible, pero la resistencia al dolor y la capacidad de recuperación de los deportistas al más alto nivel no dejarán de sorprenderme. 
Pero finalmente Contador sí se iba a subir a la bici para recorrer tierras españolas, y si un ciclista como Alberto va a una carrera, es para ganarla. 
Como si Simeone le hubiera dado un par de clases particulares de "cholismo", fue día a día, etapa a etapa, las piernas le respondían mejor a medida que pasaban los kilómetros hasta que en la contrarreloj de Borja, donde se vistió de rojo por primera vez, un color que no iba a dejar hasta ayer domingo. 
Pero la novela solo estaba por los primeros capítulos, y llegó el nudo de la historia, la alta montaña, donde se decidiría al campeón de esta edición. En la Camperona, el británico Froome, que tuvo la misma suerte que Contador en la ronda gala, recortó tiempo al líder, posicionándose como gran candidato a quitarle el primer puesto en la clasificación. Los dos tocados, con sus formas de correr, se situaban por delante de los otros candidatos al podio, Valverde y "Purito" Rodríguez. En los Lagos de Covadonga Purito y Valverde tuvieron la oportunidad de dejar atrás al británico, pero no se entendieron, dejaron tirar a Contador, regalándonos grandes imágenes los tres juntos, para recortarle al final. Pero Contador no era su rival, y así lo demostró en la Farrapona, victoria de etapa, ampliaba su ventaja y Valverde perdía su segundo puesto en detrimento de Froome. El ciclista de Sky fue el gran animador en las etapas de montaña y recortó tiempo en Monte Castrove, pero esta vuelta ya tenía ganador, en Ancares, Contador se llevó su segunda victoria de etapa, era la penúltima, ya había vencedor.
Los últimos kilómetros encima de la bici fueron con una contrarreloj de 9,7 km. por las calles de la capital gallega de Santiago de Compostela, un paseo triunfal porque las posiciones no se iban a mover más. Contador primero, Froome segundo y Valverde tercero. 
El desafortunado:
Si eres un ciclista que te descubres en la competición más dura y famosa como lo es el Tour de Francia, te confirmas como estrella en el Giro italiano, y preparas a conciencia la Vuelta a España, sería raro que no fueras uno de los favoritos, y eso era Nairo Quintana. El colombiano era el gran favorito, sin lesiones, venía a España a ganar y se había preparado para ello. Llegó a vestir el maillot rojo durante varias etapas, pero en la contrarreloj de Borja sufrió una fuerte caída donde cedió el liderato a Contador. Pero al menos podía seguir corriendo y seguía siendo un rival peligroso. Pero solo 24 horas después, en la siguiente etapa, volvía a besar el suelo, esta vez con menos suerte, y el ciclista de Movistar se tuvo que retirar, allanando el camino para el resto de sus rivales.
La revelación:
En las Grandes Vueltas siempre hay uno, o varios, ciclistas desconocidos que demuestran su calidad y talento. Y este año la promesa fue el joven, de 22 años, italiano Fabio Aru del Astana. Quinto en la general y con una victoria de etapa, Aru estuvo siempre en el grupo de los Contador, Froome, Valverde y Rodríguez. La proyección del italiano lo sitúa como uno de los grandes candidatos a disputarse los maillots de las Grandes Vueltas en los próximos años.
El resto de maillots:
En el resto de clasificaciones, Luís León Sánchez, de Caja Rural, consiguió el maillot a lunares de la montaña. Y el verde de los puntos para John Degenkolb, que con cuatro victorias este año fue el más regular de La Vuelta.



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