Varias finales después, por fin se verá un Barcelona-Liceo en un cara a cara luchando por un trofeo importante. El primero y el segundo clasificado de la pasada OK Liga han conseguido, no sin sufrimiento, el pase a la final de mañana. El Barça se llevó el partido contra el anfitrión de la Supercopa, el Reus, en un partido donde los blaugranas tuvieron que remontar y depender de la gran actuación del "Pulpo" Egurrola bajo palos.
Con el pabellón más lleno que en el primer partido, y también con más calor, los abanicos copaban el protagonismo en la grada,en lo que parecía que iba a ser un típico Reus-Barça, y, sabiendo que no hay partido igual que otro, se podría decir que se asemejó a lo que nos tienen acostumbrado, mucha intensidad con mínimo dominio culé, pero con 0-0 en el marcador. El gran protagonista de la primera mitad no fue otro que Aitor Egurrola, y es que por el capitán barcelonista parece que no pasan los años y sigue por delante de todo un Sergi Fernández, el Reus era el equipo que más peligro creaba, dos directas incluídas, pero el veterano portero estuvo soberbio, desesperando a los reusenses y mateniendo el empate sin goles hasta que, con otra directa, Marc Coy por fin batía a Egurrola, adelantando al Reus, con este mínimo 1-0 los jugadores se irían a los vestuarios.
Quedaba un periodo más (como poco, a juzgar por el encuentro anterior), el Barça ponía el ritmo de partido, pero era Jepi Selva y el Reus el que avisaba con un disparo al palo. La pareja arbitral, pese a ser diferente a la de la primera semifinal, mantuvo el mismo criterio y la misma exigencia, muchas faltas pitadas y muchos parones, el Reus llegó a la decimoquinta falta, y esta vez Pablo Álvarez no la desaprovechó, no sin suspense, pues el lanzamiento lo paró Roger Molina pero el rebote volaba muy cerca a la red rojo y negra y el argentino solo tuvo que empujarla. El ritmo se pausó, pasaban los minutos, Egurrola y Molina no permitían goles y el marcador no se movía de ese empate, pero esta calma desembocó en una locura extrema, 3 goles en poco más de dos minutos, primero Panadero y después, de nuevo, Álvarez, ponían tierra de por medio, distancia que Marc Coy decidió quitar de un gran golpe, 2-3 y el partido en el aire. Las vigésimas faltas de ambos equipos solo sirvieron para lucir, un poco más si cabe, a ambos porteros, ya que paraban las respectivas faltas directas.
Quedaban muy pocos minutos, el Reus se lanzó al ataque a por el gol que significase el tiempo extra, pero el Barça defendió con mucha seriedad, consciente de que se estaban jugando y, pese a las ocasiones locales hasta casi el último segundo, el vigente campeón de esta Supercopa tendrá la oportunidad de reeditar el título y ver, una vez más, a Egurrola levantar un trofeo para el FC Barcelona.
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